Datos del Pueblo |
Torrecuadrada De Molina |
Pueblo |
Torrecuadrada de Molina |
Municipio |
Torrecuadrada de Molina / Comarca: Señorio de Molina |
Provincia |
Guadalajara |
Comunidad |
Castilla La Mancha |
Habt. / Ine 2004 |
20 |
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Ayuntamiento |
Dirección |
C/ Castillo, 1 |
Código postal |
19355 |
Teléfono |
949 831000 |
Fax |
---- |
Oficina Turismo |
Contactar con telf. citado |
Web Oficial |
Torrecuadrada De Molina |
Web de Interés |
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E-mail municipio |
webmaster@dguadalajara.es |
Historia 1886 |
Lugar con ayuntamiento propio de la provincia de Guadalajara, de donde dista veintiséis leguas; dos de Molina, su partido judicial, trece de Sigüenza, su audiencia de inscripción, y treinta y seis de Madrid, su Capitanía general. Se halla situado en terreno llano, desnudo de arbolado, y muy secano, pues hasta para el uso doméstico, escasean las aguas. Tiene por aneja la parroquial de Otilla, formando ambas un curato de segundo ascenso, que tiene buena casa rectoral, y una finca sembrada de cereales. La Iglesia, está dedicada a la Purísima Concepción, habiendo además dos ermitas, La Soledad y Santa Elena. El término, confina con los de Pradilla, Prados redondos, Otilla, Traid y Terremochuéla. El terreno, llano en lo general, es de buena calidad, aunque todo de secano; comprende montes de encina y otras matas, varios navajos de balsas donde se recogen las aguas llovedizas, y produce granos de muy buena clase, legumbres, en especial garbanzos, leñas de combustible y buenos pastos para la ganadería lanar. Es centro de Conferencias donde asisten Traid y Anquela la Seca, y corresponde como ellos, al arciprestazgo de Tordesilos. El carácter de sus habitantes, es sencillo y honrado; sus costumbres modestas, a pesar de haberse relajado bastante, con sus emigraciones periódicas a los molinos de aceite. A Torrecuadrada, lo mandó en su testamento, la infanta Doña Blanca, a un tal Pedro Pérez.
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Informacion |
Por estas fechas debe de andar en mínimos de
población este pequeño lugar situado en el Bajo Señorío. Desde
Prados Redondos el pueblo de Torrecuadrada se ve lejano, extendido
en la llanura, más allá una vertiente suave, gris, de sabinas y de
matorrales. Por medio, entre un pueblo y otro, campos de cultivo,
tierras llanas y frías. Las casas y la torre, ya cuando casi todos
se han ido, comienzan a entristecerse a tono con el paisaje, como
dispuestas al adormecimiento obligado que llegará cuando venga el
invierno. Se entra al pueblo junto a la ermita de la Soledad. |